EL CARACOL AZUL
Daniela López Afonso
CEIP Narciso Brito- Tenerife
3º de Primaria
Primer Premio Cuentos Infantiles Certamen Canarias
“En un país muy lejano, donde casi nunca llovía y escaseaba la comida, vivía un caracol de color azul.
Él tenía una gran familia que mantener, todos pequeños y no podían ira a la escuela porque les quedaba muy lejos y no pasaban guaguas por su pueblo.
Un día estando en la playa intentando pescar para dar de comer a los suyos, vió un barco que se preparaba para zarpar al mar, y oyó a los marineros decir que iban rumbo a una bonita isla llamada Tenerife.
Inmediatamente caminó y subió al barco por la soga de amarre.
Cuando se dio cuenta ya estaba en alta mar.
Pasados dos días llegan a tierra, allí el caracol azul se siente muy solo y triste, echa de menos a su familia.
Pronto busca trabajo y ahorra euritos para mandarlos a su país.
Pero donde vivía se sentía apartado y marginado, nadie le quería… ¡Un caracol azul!, le gritaban, tirándole piedras los del pueblo.
Un día gris de lluvia, el hijo del vecino del caracol azul enfermó, y ni los médicos daban con la cura.
El niño cada día estaba peor y podía ser que muriese.
El caracol azul se enteró de la noticia y fue a casa del vecino, cuando abrió la puerta le dio una patada, pero él gritó: “Solo vengo para ayudar a tu hijo, yo sé curar esa enfermedad”.
Al instante la puerta se abrió del todo y dejó paso al caracol azul, que entró diciendo: “Dale de beber esto a tu hijo, verás como mejorará”, en mi país lo curamos así.
Pronto el hijo miró a su padre y sonrió, la fiebre había bajado y ya se encontraba mucho mejor.
El vecino fue a casa del caracol azul y le regaló un bizcochón de chocolate y desde ese día nadie jamás lo volvió a rechazar pues entendieron que todos necesitamos de todos.”
Daniela López Afonso
CEIP Narciso Brito- Tenerife
3º de Primaria
Primer Premio Cuentos Infantiles Certamen Canarias
“En un país muy lejano, donde casi nunca llovía y escaseaba la comida, vivía un caracol de color azul.
Él tenía una gran familia que mantener, todos pequeños y no podían ira a la escuela porque les quedaba muy lejos y no pasaban guaguas por su pueblo.
Un día estando en la playa intentando pescar para dar de comer a los suyos, vió un barco que se preparaba para zarpar al mar, y oyó a los marineros decir que iban rumbo a una bonita isla llamada Tenerife.
Inmediatamente caminó y subió al barco por la soga de amarre.
Cuando se dio cuenta ya estaba en alta mar.
Pasados dos días llegan a tierra, allí el caracol azul se siente muy solo y triste, echa de menos a su familia.
Pronto busca trabajo y ahorra euritos para mandarlos a su país.
Pero donde vivía se sentía apartado y marginado, nadie le quería… ¡Un caracol azul!, le gritaban, tirándole piedras los del pueblo.
Un día gris de lluvia, el hijo del vecino del caracol azul enfermó, y ni los médicos daban con la cura.
El niño cada día estaba peor y podía ser que muriese.
El caracol azul se enteró de la noticia y fue a casa del vecino, cuando abrió la puerta le dio una patada, pero él gritó: “Solo vengo para ayudar a tu hijo, yo sé curar esa enfermedad”.
Al instante la puerta se abrió del todo y dejó paso al caracol azul, que entró diciendo: “Dale de beber esto a tu hijo, verás como mejorará”, en mi país lo curamos así.
Pronto el hijo miró a su padre y sonrió, la fiebre había bajado y ya se encontraba mucho mejor.
El vecino fue a casa del caracol azul y le regaló un bizcochón de chocolate y desde ese día nadie jamás lo volvió a rechazar pues entendieron que todos necesitamos de todos.”
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