Los inmigrantes, que ya representan el 10 % de la población española, han sido una parte decisiva en el crecimiento económico español, al dinamizar el mercado de trabajo, facilitar la incorporación de la mujer a éste e impulsar la productividad. Aunque los servicios de estudios de los principales organismos difieren sobre cuál ha sido la contribución de la inmigración en el crecimiento económico, todos apuntan a que sin los trabajadores extranjeros el aumento del PIB habría sido significativamente menor. Según la Oficina Económica del Presidente del Gobierno, el 50 % del crecimiento económico de los últimos cinco años se debe a la inmigración, mientras que el Banco de España reduce este porcentaje a aproximadamente el 25 % y La Caixa lo eleva hasta el cien por cien.
Lo que está claro es que hace 30 años España se iniciaba un proceso de transición de-mocrática con una fuerte crisis económica y con unos 150.000 inmigrantes empadronados, mientras que hoy en día la economía crece más del cuatro por ciento y los extranjeros superan ya el umbral de los cuatro millones. La inmigración no ha sido la única responsable de esta mejora económica, pero, tal como señalan diversos organismos -Banco de España, ministerios de Economía y Trabajo- y los servicios de estudios de las principales entidades financieras, ha contribuido decisivamente a la actual etapa de bonanza.
En este sentido, el Banco de España insiste en su último informe anual en que los inmigrantes han contribuido "de forma notoria" al crecimiento de la renta per cápita en los últimos años. Incluso, el gobernador de la institución, Miguel Ángel Fernández Ordónez, defendió recientemente que la inmigración ha ayudado a contener la inflación. A corto plazo, la inmigración impulsa el consumo interno y la inversión, la tasa de empleo y la de ahorro -mayor entre los inmigrantes que en los ciudadanos del país de acogida- y contiene los costes salariales.
Fuente: EFE 18 06 07 La Provincia-Diario de Las Palmas
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