Se acercan en este país, de la vieja España, las elecciones municipales, insulares y autonómicas. Todos los pesos pesados en cada región están ya dando su “vara”, unos ofrecen, otros pelean, algunos insultan a los contrarios. Es la hora de los debates, en los que parece que cada uno habla consigo mismo, y no con los ciudadanos.
Con frecuencia me encuentro con gente, cuando no hay elecciones por medio, que ante cualquier tema de opinión comentan que pasan de la política, que eso no es asunto suyo. Yo, sin embargo, creo que todo es asunto de todos. Y que todo es cuestión política. Hasta cuando salimos de hacer la compra del supermercado protestando por los precios, hasta en ese momento nos estamos metiendo en política. Pues los precios no fluyen a juicio del vendedor, sino que están en la onda de unas decisiones económicas que escapan al tendero de la esquina.
Pero no, no nos damos cuenta de ello, de que todas las decisiones que salgan de los ayuntamientos, de los parlamentos o de donde fuese, son decisiones que me afectan como ciudadano, y me afectan a mí, a mi vecino, al compañero de la guagua de todos los días. Incluso el hecho de la oportunidad de debatir una propuesta u otra en cualquiera de esas instituciones son cosas que nos afectan.
Por eso, porque en ocasiones no se discuten las propuestas que inciden en la mejora de aquello más cercano que nos rodea, decimos con frecuencia que los políticos no hacen nada. Porque no hemos visto a nuestro lado algún tipo de mejora, que, como vecino, como trabajador o como usuario estábamos necesitando. Aunque solo sea la marquesina en la parada de guaguas que utilizamos todos los días y que no terminan de colocar y hace que cada vez que de repente empiece a llover tenga que esperar por la línea de turno empapándome de arriba abajo.
En esta línea no bastaría tomar posturas ante listas cerradas cada cuatro años. Haría falta alguna posibilidad de que los vecinos pudieran expresarse en otras ocasiones. Respetando todas las posiciones, no siempre los grupos políticos, por mucho que le hayamos dado nuestro voto en el momento de las elecciones, pueden erigirse en representantes nuestros permanentes. Algo está faltando para que seamos ciudadanos debidamente informados, sin intereses partidistas, y que podamos, más allá de las fechas electorales, hacer que la actividad política sea más accesible a todos.
¿Hay grupos políticos que nos ofrezcan esa posibilidad para los cuatro años próximos?
Con frecuencia me encuentro con gente, cuando no hay elecciones por medio, que ante cualquier tema de opinión comentan que pasan de la política, que eso no es asunto suyo. Yo, sin embargo, creo que todo es asunto de todos. Y que todo es cuestión política. Hasta cuando salimos de hacer la compra del supermercado protestando por los precios, hasta en ese momento nos estamos metiendo en política. Pues los precios no fluyen a juicio del vendedor, sino que están en la onda de unas decisiones económicas que escapan al tendero de la esquina.
Pero no, no nos damos cuenta de ello, de que todas las decisiones que salgan de los ayuntamientos, de los parlamentos o de donde fuese, son decisiones que me afectan como ciudadano, y me afectan a mí, a mi vecino, al compañero de la guagua de todos los días. Incluso el hecho de la oportunidad de debatir una propuesta u otra en cualquiera de esas instituciones son cosas que nos afectan.
Por eso, porque en ocasiones no se discuten las propuestas que inciden en la mejora de aquello más cercano que nos rodea, decimos con frecuencia que los políticos no hacen nada. Porque no hemos visto a nuestro lado algún tipo de mejora, que, como vecino, como trabajador o como usuario estábamos necesitando. Aunque solo sea la marquesina en la parada de guaguas que utilizamos todos los días y que no terminan de colocar y hace que cada vez que de repente empiece a llover tenga que esperar por la línea de turno empapándome de arriba abajo.
En esta línea no bastaría tomar posturas ante listas cerradas cada cuatro años. Haría falta alguna posibilidad de que los vecinos pudieran expresarse en otras ocasiones. Respetando todas las posiciones, no siempre los grupos políticos, por mucho que le hayamos dado nuestro voto en el momento de las elecciones, pueden erigirse en representantes nuestros permanentes. Algo está faltando para que seamos ciudadanos debidamente informados, sin intereses partidistas, y que podamos, más allá de las fechas electorales, hacer que la actividad política sea más accesible a todos.
¿Hay grupos políticos que nos ofrezcan esa posibilidad para los cuatro años próximos?
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