¿Estamos todos a favor de la paz? ¿También en estos días de Semana Santa?
La pregunta, por mi parte, no deja de ser una tontería. La paz es asunto de todos los días, y no solo de unos especiales por mucho que acontecimientos históricos importantes se recuerden en ellos.
Pero es que en estos días especiales nos siguen hablando de la importancia de vencer a ETA y el terrorismo y todos los que pueda simpatizar con ella. Líbreme Dios de defenderlos.
Y es que he tenido la oportunidad en dos ocasiones de escuchar y estar de cerca, comiendo con ellos, a dos personas que han sido víctimas del terror. La violencia les tocó muy de cerca y quieren volver a pasear sin miedo por los parques de su pueblo y por el muelle cercano al mismo.
Son vascos, como los demás, que les duele se les esté utilizando partidariamente.
Me han comentado que es como si algunos estuvieran a favor de la sangre porque no son ellos los que la curan y logran eliminarla.
Por eso me ha parecido genial la idea del Ayuntamiento de Ermua. Piden que no utilicen más su nombre para ir en contra de un proceso donde se pueda dialogar, con las condiciones necesarias, con quien quiera que fuese.
Esos amigos míos me han comentado que no desearían que lo que ellos sufrieron y perdieron les vuelva a pasar a otros, y mucho menos a los hijos de sus amigos y conocidos. Y que si para eso hay que hablar con el diablo, que se hable. ¿Qué más da quien fuere el interlocutor? Lo importante es que no se derrame más sangre inútil.
Sé que las cosas no son tan sencillas. Pero la sangre no engendra provecho, si no es para darla a favor de otra vida. Es lo que hacemos con frecuencia cuando se nos pide la donemos.
La pregunta, por mi parte, no deja de ser una tontería. La paz es asunto de todos los días, y no solo de unos especiales por mucho que acontecimientos históricos importantes se recuerden en ellos.
Pero es que en estos días especiales nos siguen hablando de la importancia de vencer a ETA y el terrorismo y todos los que pueda simpatizar con ella. Líbreme Dios de defenderlos.
Y es que he tenido la oportunidad en dos ocasiones de escuchar y estar de cerca, comiendo con ellos, a dos personas que han sido víctimas del terror. La violencia les tocó muy de cerca y quieren volver a pasear sin miedo por los parques de su pueblo y por el muelle cercano al mismo.
Son vascos, como los demás, que les duele se les esté utilizando partidariamente.
Me han comentado que es como si algunos estuvieran a favor de la sangre porque no son ellos los que la curan y logran eliminarla.
Por eso me ha parecido genial la idea del Ayuntamiento de Ermua. Piden que no utilicen más su nombre para ir en contra de un proceso donde se pueda dialogar, con las condiciones necesarias, con quien quiera que fuese.
Esos amigos míos me han comentado que no desearían que lo que ellos sufrieron y perdieron les vuelva a pasar a otros, y mucho menos a los hijos de sus amigos y conocidos. Y que si para eso hay que hablar con el diablo, que se hable. ¿Qué más da quien fuere el interlocutor? Lo importante es que no se derrame más sangre inútil.
Sé que las cosas no son tan sencillas. Pero la sangre no engendra provecho, si no es para darla a favor de otra vida. Es lo que hacemos con frecuencia cuando se nos pide la donemos.
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