“La guerra siempre tiene que ver con los más jóvenes, que son los que mueren”, C. Eastwood analiza las guerras desde la dirección de sus películas.
Clint Eastwood, que como actor ha encarnado desde hace años la máxima “o él o yo” (“Disparar no me parece mal, siempre y cuando se dispare a quienes lo merecen”, dice en “Harry el Sucio”), ha dirigido dos películas sobre la guerra del Pacífico.
En una acompaña a los norteamericanos durante el ataque (80.000 soldados), mientras que en la otra narra el punto de vista de los japoneses (22.000 soldados). Si se ve una detrás de la otra, se convierten en películas antibélicas. Desmienten el antiguo dicho de que las experiencias humanas no pueden transmitirse. Al ver esta película, uno experimenta una verdadera sensación de aniquilación sin morirse (en el combate fallecieron 7.000 americanos y 21.000 japoneses)
“La media de edad de los soldados americanos era de 19 años”, afirma Eastwood. “Los japoneses eran incluso algo más jóvenes. Justo cuando empezaban a vivir, se vieron obligados a entregar su vida. Así ha sucedido siempre, la humanidad no parece haber aprendido mucho en el camino de organismo unicelular a organismos pluricelular”
“Los seres humanos que murieron durante la Segunda Guerra Mundial hubieran podido tener un encuentro amistoso cara a cara sólo si un par de cosas hubieran sucedido de otra manera”.
“En mis primeras películas la muerte sólo era una interrupción molesta del propio curso de la vida. Ahora significa una culminación indeseada. Cuando alguien se hace mayor empieza a cuestionarse las ideas en las que siempre había creído. Lleva una vida a sus espaldas y la compara con aquellas ideas, y eso hace que ya no resulten absolutamente correctas”.
“El significado de la humanidad cada vez es menor. El ser humano, en vez de crecerse ante la vida, cada vez se vuelve más y más pequeño. Es una ironía que no puedo analizar, que sólo puedo mostrar. En 1945 terminó la guerra del Pacífico. Cinco años más tarde se inició la de Corea, y después, la de Vietnam. Siempre hay más. Parece que nunca llega el momento en el que digamos: “Ya está bien, basta. Hasta aquí hemos llegado”
Fuente: Declaraciones de Clint Eastwood en revista Magazine, 01 04 07
Clint Eastwood, que como actor ha encarnado desde hace años la máxima “o él o yo” (“Disparar no me parece mal, siempre y cuando se dispare a quienes lo merecen”, dice en “Harry el Sucio”), ha dirigido dos películas sobre la guerra del Pacífico.
En una acompaña a los norteamericanos durante el ataque (80.000 soldados), mientras que en la otra narra el punto de vista de los japoneses (22.000 soldados). Si se ve una detrás de la otra, se convierten en películas antibélicas. Desmienten el antiguo dicho de que las experiencias humanas no pueden transmitirse. Al ver esta película, uno experimenta una verdadera sensación de aniquilación sin morirse (en el combate fallecieron 7.000 americanos y 21.000 japoneses)
“La media de edad de los soldados americanos era de 19 años”, afirma Eastwood. “Los japoneses eran incluso algo más jóvenes. Justo cuando empezaban a vivir, se vieron obligados a entregar su vida. Así ha sucedido siempre, la humanidad no parece haber aprendido mucho en el camino de organismo unicelular a organismos pluricelular”
“Los seres humanos que murieron durante la Segunda Guerra Mundial hubieran podido tener un encuentro amistoso cara a cara sólo si un par de cosas hubieran sucedido de otra manera”.
“En mis primeras películas la muerte sólo era una interrupción molesta del propio curso de la vida. Ahora significa una culminación indeseada. Cuando alguien se hace mayor empieza a cuestionarse las ideas en las que siempre había creído. Lleva una vida a sus espaldas y la compara con aquellas ideas, y eso hace que ya no resulten absolutamente correctas”.
“El significado de la humanidad cada vez es menor. El ser humano, en vez de crecerse ante la vida, cada vez se vuelve más y más pequeño. Es una ironía que no puedo analizar, que sólo puedo mostrar. En 1945 terminó la guerra del Pacífico. Cinco años más tarde se inició la de Corea, y después, la de Vietnam. Siempre hay más. Parece que nunca llega el momento en el que digamos: “Ya está bien, basta. Hasta aquí hemos llegado”
Fuente: Declaraciones de Clint Eastwood en revista Magazine, 01 04 07
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