Entre 18.000 y 27.000 personas siguen condenadas a muerte en todo el mundo. A lo largo del año 2007 fueron ejecutadas al menos 1.252 personas en 24 países. Al menos 3.347 personas fueron condenadas a muerte en 51 países. Estas cifras son sólo mínimas; las cifras reales son, sin duda, mucho más elevadas.
En el año 2007, el 88 por ciento de las ejecuciones conocidas fueron realizadas en cinco países: Arabia Saudí, China, Estados Unidos, Irán y Pakistán. Arabia Saudí tenía el índice más alto de ejecuciones per cápita, seguido de Irán y Libia.
En 2007, las autoridades de China se negaron de nuevo a publicar estadísticas sobre el uso de la pena de muerte por parte del gobierno, de forma que la comunidad internacional siguió ignorando el número de ejecuciones consumadas. Amnistía Internacional considera probable que hayan disminuido de forma considerable durante 2007, tras haberse restaurado el 1 de enero el requisito de que el Tribunal Supremo Popular revise todas las condenas a muerte. A lo largo del año 2007, Amnistía Internacional registró 470 ejecuciones, pero esa cifra se basa en informes públicos y se toma como número mínimo absoluto. La Fundación Dui Hua, con sede en Estados Unidos, estima que, según cifras facilitadas por funcionarios del país, el año pasado se ejecutó a 6.000 personas. En un país tan extenso como China, con estrictos controles gubernamentales en torno a la información y los medios de comunicación, sólo las autoridades conocen la realidad del uso de la pena de muerte.
En junio de 2007, las autoridades afirmaron que las condenas a muerte se habían reducido en un 10 por ciento a consecuencia de las revisiones del Tribunal Supremo Popular, pero no facilitaron cifras que sustentaran ese dato. Las revisiones del Tribunal Supremo Popular incrementan el tiempo transcurrido entre la imposición de la pena y la ejecución, por lo que éstas pueden haber sufrido retrasos considerables a lo largo del año. Amnistía Internacional se congratula de cualquier descenso en el número de ejecuciones del país que más emplea la pena capital de todo el mundo. Sin embargo, Pekín se prepara para albergar los Juegos Olímpicos; por lo que instamos al gobierno chino a poner fin al secretismo con el que trata el uso de la pena de muerte y a facilitar información detallada al respecto. Sólo de ese modo se podrá entablar un debate pleno e informado sobre la adecuación del empleo de la pena de muerte.
En 2007, Irán ejecutó al menos a 317 personas, Arabia Saudí a 143 y Pakistán a 135. En todos estos casos, las cifras son estimaciones mínimas. En Estados Unidos se llevaron a cabo 42 ejecuciones en 10 estados.
La cifra total de personas condenadas a muerte y en espera de ejecución es difícil de determinar. A finales de 2007 se calculaba que oscilaba entre 18.311 y 27.562, según la información de grupos de derechos humanos y medios de comunicación, y de las limitadas cifras oficiales disponibles.
Durante 2007, en Irán, Arabia Saudí y Yemen ejecutaron a personas por delitos cometidos cuando tenían menos de 18 años de edad. En Irán, Mohammad Mousawi (ejecutado el 22 de abril), Sa’id Quanbar Zahi (ejecutado el 27 de mayo), Babak Rahimi (ejecutado el 17 de octubre) Hossein (se ignora el apellido, fue ejecutado el 17 de octubre) Mohammad Reza Turk, ( ejecutado el 15 de noviembre), Makwan Moloudzadeh (ejecutado el 4 de diciembre) y Amir Houshang Fazlollahzadeh. En Arabia Saudí fueron ejecutados Dhahian Rakan al-Sibai’I (ejecutado el 21 de julio de 2007) y Mu'ir al-Hakimi. En Yemen, Adil Muhammad Saif al-Ma’amari, con 16 años en el momento del delito, fue ejecutado en febrero de 2007.
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