miércoles, 23 de abril de 2008

Asilo político para defender a las maltratadas

Los problemas se multiplican
cuando la inmigrante es una mujer

Nereida Alonso
La Gaceta de Canarias 23 04 08

Las Palmas de Gran Canaria

La inseguridad jurídica, el difícil acceso al sistema educativo o los componentes
sociales y culturales son algunos de los escollos que debe superar
el inmigrante. Si a eso se añade la condición de género, la complicación se
incrementa hasta límites insospechados.

Esta ha sido la realidad que María Segurado, abogada especializada
en extranjería y colaboradora de Cáritas, abordó ayer dentro de las jornadas
organizadas por el Aula Manuel Alemán de la Universidad de Las Palmas
de GranCanaria, CEAR y Cáritas, que se vienen desarrollando a lo
largo de esta semana.

La experta catalogó de “interesante” la vía del asilo político comoposibilidad
para dar respuesta a los problemas de maltrato que las mujeres
sufren en sus países de origen, al tiempo que resaltó la dificultad de emplear
este recurso de forma sistemática ante posibles casos. “Si bien es cierto que
el asilo es la forma legal de ofrecer amparo a aquellasminorías perseguidas
y que, dentro de esta figura, se puede contemplar la situación delmaltrato
de la mujer nos encontramos ante una doble dificultad; por una lado, la
mujer debe abandonar su país por sus propios medios y luego, una vez en
España, debe demostrar la situación que sufría en su país”, explicó la
letrada.

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