viernes, 15 de febrero de 2008

¿Oblaciones? No estarían de más

Las declaraciones radiofónicas de Dña Carmen Guerra, candidata del Partido Popular por la provincia de Las Palmas, se han hecho famosas. Ha habido muchísimos comentarios que subrayo y hago míos. Comentarios que en su generalidad, y desde lo más positivo que se puede hablar, se refieren al sin sentido de sus palabras en cuanto al no queremos personas que traigan la ablación, la lapidación y la poligamia. De racistas para abajo hasta alarmistas, todo lo que se pueda decir. Hacer nuevas leyes para que se cumplan las que ya están, no cabe duda que es un contrasentido.


Y luego el cuento de la política de Zapatero de “papeles para todos”, pues todo el mundo que entienda de este tema migratorio sabe que es una mentira más grande que la copa de un pino. No ha habido papeles para todos. Antes, en legislaturas anteriores, era más fácil legalizar la situación de un inmigrante que ahora. Antes al menos se podía recurrir a la figura de la exención de visado por motivos humanitarios. Sustentar una campaña política en mentiras a los ciudadanos no me parece ético, y mucho menos cristiano en aquellos que también defienden a la institución eclesial, que no sé si al mensaje cristiano del Evangelio. Ya que sí, tienen que ver las raíces cristianas con las políticas migratorias, aunque el Sr Mayor Zaragoza, diga lo contrario, ya que para Dios no hay extranjeros – no es una frase mía, sino de Juan Pablo II-, y ello está en sintonía con lo de igualdad de todos los seres humanos sin distinción alguna por cualquier motivo que sustenta el artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.


Pero volviendo a las declaraciones de Dña Carmen Guerra. Ella no dijo ablación, dijo oblación. Yo lo escuché personalmente, no hace falta que me lo cuenten. No quiere personas que traigan la oblación a estas tierras. Y miren por donde la oblación es un término que tiene referencia con la ascética cristiana, y es la ofrenda que se hace a la divinidad. Tanto que la mejor oblación, dicen los entendidos, fue la de Jesucristo que generosamente dio su vida por los demás. Es, pues, un término o vocablo religioso, cristiano. Digamos también católico, que no me gusta mucho usar este término, aunque tampoco tiene nada malo pues significa universal. Ser católico es practicar también la universalidad. En ese contexto han de situarse los mensajes de aquellos que defienden lo católico y lo tradicional, y ahí está la contradicción de Dña Carmen Guerra y de muchas cosas que dicen en el P P.


Para los cristianos vivir una actitud de oblación es encarar una vida de ofrecimiento, de ofrenda. De ofrenda a Dios que pasa por la ofrenda a los hermanos, que son todos y cada uno de los seres humanos, vivan donde vivan, tengan la nacionalidad que tengan –iba a decir tengan la raza que tengan, pero es una equivocación de mi parte, pues raza solo hay una que es la humana.


He estado ojeando páginas sobre el tema y todo coincide en lo positivo de la actitud de la oblación que muchos caracterizan como un movimiento interior que lleva a las personas a orientar su vida hacia los demás. Pues mire por donde, Doña Carmen, necesitamos ese tipo de personas en nuestra sociedad, tanto hablando canario, como español o extranjero. Dado que los que andamos ya por aquí estamos un tanto instalados en la comodidad del consumismo, igual nos hace falta gente de fuera que vengan con una actitud de oblación. Tendríamos mas personas que hagan de sus vidas una donación y servicio a los otros. Y falta que nos hace esa gente. No importa de donde vengan. Seguro que transformarían nuestra sociedad, e igual nos surgen algún Luther King o Gandhi que revuelque nuestras conciencias.


Así pues, bienvenida la oblación a nuestra tierra. Creo que Doña Carmen está mal encaminada, está aconsejando mal, e incluso está sugiriendo propuestas contra la identidad cristiana, que por otra parte defienden.

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