martes, 6 de mayo de 2008

Madre y extranjera, dos baches para el mercado laboral



Madre y extranjera, dos baches para el mercado laboral

El 85% de las inmigrantes trabaja en el servicio doméstico pero muchas no tienen quien se haga cargo de sus hijos

www.publico.es 6 de mayo 08

"Busca chica para cuidar niños". Una boliviana de 25 años recurre al método de colgar cartelitos por la ciudad para dar con alguien que se haga cargo de su hijo. Uno de sus anuncios pende del corcho de un locutorio en el barrio madrileño de Tetuán. Hasta ahora, su hermana le echaba una mano por la mañana, pero ya no puede. "Hablé con la empresa pero no me dejaron llevar al niño", lamenta. Su angustia duró una semana porque una vecina española con trabajo por la tarde se ofreció por un pequeño sueldo.

En 2007, casi 38.000 mujeres pidieron una excedencia laboral para cuidar a sus hijos, según el Ministerio de Trabajo. Es un lujo que las inmigrantes no pueden permitirse, sobre todo porque uno de los principales motivos de su viaje a España es trabajar. Incluso, en muchas ocasiones los hijos son el lastre que les impide encontrar un empleo porque los horarios "no son flexibles" -explica la presidenta de la Asociación de Mujeres Inmigrantes de Valencia, Viviana Miranda- y no pueden conciliar su vida laboral y familiar. Por eso, muchas marroquíes optan por venir solas y dejar a sus niños con la familia, según la secretaria de la Asociación de Mujeres Marroquíes, Ilham Hamid.

Cuidadoras sin ayuda


La paradoja se da porque el colectivo inmigrante se ocupa de cuidar a los hijos de las españolas. Entre el 80 y el 85% de las inmigrantes trabaja en el servicio doméstico, estima Viviana Miranda, chilena de 58 años. Unas 154.000 extranjeras, según datos oficiales.

Salir corriendo del trabajo para recoger a los hijos del colegio son apuros frecuentes entre las españolas. Para las inmigrantes, pasa a ser una misión de agente doble puesto que, cada vez más, se asientan en barrios periféricos de las ciudades, concluye un estudio de la Universidad Politécnica de Catalunya. Por ello, han de recorrer media ciudad en un abrir y cerrar de ojos para buscar a sus hijos. "Si para una independiente es complicado, más para una con tres niños, poca familia aquí, vida difícil y escasas ayudas", alerta Conchi Lázaro, responsable del plan Algarabía de la Asociación Madrid Puerta Abierta.

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) cree que las extranjeras compensan los "insuficientes servicios" de atención a niños, ancianos y dependientes, con lo que posibilitan la incorporación de las españolas al mundo laboral. Sin embargo, alerta de que este servicio doméstico está "infravalorado". "Las políticas de conciliación de la vida familiar y laboral no pueden ser aquellas que permiten el pleno desarrollo profesional y familiar de unas personas frente a otras", critica en su último informe anual.

Sus sueldos son bajos para contratar a un ‘canguro', por lo que muchas aceptan hasta tres trabajos para poder pagar a uno. "Priorizan ganar dinero", explica José Barquero, trabajador del servicio de orientación laboral de la asociación sin ánimo de lucro Cantinela. Además, las plazas de las guarderías públicas no cubren a toda la población con hijos en esas edades (200.000 niños de cero a tres años para 70.000 plazas en Madrid). De ahí que, "muchas madres" inmigrantes trabajadoras lleven a sus hijos a guarderías clandestinas, según UGT-Madrid.

Ante los fallos del modelo, las inmigrantes optan por ayudarse entre ellas. Es raro el caso en el que una española se hace cargo de los niños de los extranjeros. Sólo excepciones como Rosa, una anciana del barrio madrileño de Lavapiés, que para sacarse "un dinerillo" recoge del colegio a hijos de españolas y extranjeras.

Algunas desconfían de que los cuiden otras personas. "No me fío de la guardería", dice la presidenta de la Coordinadora de Ecuatorianos en España, Aída Quinatoa. Explica que en su país es costumbre que las abuelas se ocupen de los menores. "Tenemos unos valores de ayuda mutua, en familia", afirma. Así, esta ecuatoriana aboga por una especie de "guardería andina", en la que una mujer latinoamericana cuide a los hijos de las inmigrantes de algún país iberoamericano. "No son guetos", tranquiliza, puesto que diariamente están con españoles.

Otra vía para salir a flote son las asociaciones de ayuda a inmigrantes. Muchas cuentan con ludotecas o talleres para niños, pero sus recursos no cubren a todos. ¿Quién mejor que los progenitores para cuidar de sus hijos?. "Hacemos hincapié en la necesidad de que las familias se ocupen de ellos", añade Laura Martínez, responsable del área de mujer en otro proyecto de Madrid Puerta Abierta. Pero el machismo carga el peso sobre los hombros de las mujeres. "Los padres no se hacen cargo de los niños", afirma Lázaro.

Los particulares, más flexibles


El choque es mayor en las empresas, cuya rigidez con los horarios es tan fuerte que muchas veces ellas incluso temen pedir permiso para ir al médico. "La empresa tiene un puesto con un horario y si la mujer cumple los requisitos, bien", resume esta trabajadora de Madrid Puerta Abierta. Por contra, los particulares suelen ser más transigentes. En ocasiones, les permiten llevar a sus hijos, pero no siempre.

Lo más perjudicial de todo este entramado es que, muchas veces, los niños se quedan "abandonados y solos" en casa, advierte el presidente de la Asociacion Solidaria para la Integracion Sociolaboral del Inmigrante (ASISI), Hasan Arabi. En ocasiones, se responsabiliza al hermano mayor del pequeño, añade Barquero. Esta desatención conlleva peligros para los menores, explica Arabi, como el absentismo escolar, su integración en bandas juveniles o niños que no rinden en la escuela.

No obstante, se abre una pequeña luz para aquéllas que estén inscritas como autónomas en la Seguridad Social. Tanto la secretaria de Estado como las asociaciones estudian medidas para conciliar vida familiar y trabajo.

1 comentario:

Unknown dijo...

Desconocía la problemática de mujeres extranjeras y con hijos.

Aquí en México el problema se dá aunque no sean extranjeras: Padre trabaja y madre también. Hasta hace muy poco el gobierno está subcidiando una especie de guarderías atendidas por otras madres de familia o profesionistas que cuenten con instalaciones amplias y seguras. ¡Resulta que yo trabajo en una! :D

Los problemas: 1. la madre tiene que demostrar que está trabajando. Pero muchas madres de familia trabajan en el mercado o en empresas como dependientas o empleos que no pueden demostrar ingresos como ventas por catalógo y no pueden acceder al servicio, que no es gratis pero de algo ayuda.

Supongo que con las mujeres extranjeras de allá pasaría igual, el gobierno no apoyaría a mujeres inmigrantes considerandolo un gasto extra.

Otro problema son los horarios de atención y las edades.
Las guarderías funcionan de 7 am a 6 pm, pero la edad para aceptar niños es de 12 meses a 3 años 11 meses, por lo que las madres con niños menores encuentran dificultades.
Y con niños mayores también, pues cumplidos los 4 años han de intresar al preescolar y el prescolar, encima de que ya es más caro si no consigues lugar en un preescolar del gobierno, cubre sólo el horario de 9 am a 12 pm y las madres salen de trabajar hasta las 5 pm.

Un super lío, pero los niños me encantan y regularmente llegan con problemas de conducta porque no hay normas en su casa y sus padres/o madre trata de compenzar con material lo que no puede dedicar de tiempo. Generalmente llegan también con problemas de lenguaje: sus padres/o su madre dispone de muy poco tiempo para charlar con ellos y los niños solo saben pedir las cosas "a grititos".

Te das cuenta de cada cosa, que de verdad te dan ganas de adoptarlos a todos y llévartelos a tu casa :D (y luego pagar porque alguien los cuide por supuesto...)

El sistema no tiene consciencia, genera un círculo vicioso de necesidades.