lunes, 5 de mayo de 2008

Globalización, migración e integración




Globalización, Migración e Integración

El fenómeno migratorio ha sumido proporciones espantosas. Es difícil precisar el número exacto de los migrantes. En el país de origen y en el de destino, la migración trae consecuencias e impone desafíos.


El hecho es que los migrantes se han constituido en la interpelación más fuerte y más evidente del actual proceso de globalización. Tal proceso tiene dos marcas que los migrantes cuestionan fuertemente: es concentrador y excluyente. Los migrantes no quieren quedarse fuera y no permiten que los beneficios del desarrollo sean apropiados sólo por una minoría. El tema está cada vez más presente en las agendas. Fenómeno complejo y contradictorio, las migraciones son al mismo tiempo denuncia y anuncio. Denuncia del modelo de desarrollo que no prioriza las personas, sólo al capital, principalmente al financiero; denuncia de la concentración de la riqueza, de la tierra y del poder y denuncia de las restricciones que se ponen a las personas en migración (muros, policía, persecuciones, leyes restrictivas); y, por otro lado, son anuncio de otra sociedad que queremos construir. Una sociedad economicamente justa, políticamente democrática, socialmente equitativa, culturalmente plural y religiosamente macro-ecuménica.


Globalización y Migración



“La migración es un proceso que tiene lugar, en este momento, en el marco de la globalización y no puede ser analizado fuera de ésta. No se debe por tanto abordar como un tema exclusivamente de fronteras o de “puertas para adentro”, sino que es un proceso económico, político, cultural y social relacionado directamente con los efectos que el modelo capitalista neoliberal impuesto genera mundialmente.

Las políticas económicas, sociales y culturales base de la actual globalización impiden un desarrollo humano y sostenible desde los propios intereses y necesidades de todas las sociedades. La acción de las empresas multinacionales, la deuda externa, la pérdida de soberanía alimentaría, el comercio injusto, la expoliación de los recursos naturales y los conflictos armados son causa de que las personas se vean forzadas a desplazarse y emigrar, tanto hacia el Norte como entre países del Sur”. (Declaración de Rivas, II Foro Social Mundial de las Migraciones, Rivas Vaciamadrid, España, 2006)

Éstas son las conclusiones del II Foro Social mundial de las Migraciones. Efectivamente, mirando el actual proceso migratorio vemos que las causas profundas tienen que ver con la globalización.


En su mayoría, los movimientos migratorios responden a las necesidades de los países industrializados de mano de obra barata y sin cualificación para la agricultura, alimentación, construcción, industria textil, servicios domésticos y cuidados con los enfermos, ancianos y niños en las casas. En los Estados Unidos, el destino de los inmigrantes, en general, son los trabajos sucios, peligrosos y difíciles; en Japón su destino es más cruel: trabajos pesados, peligrosos, sucios, exigentes e indeseables.


La causa profunda es una “globalización que no distribuye riquezas, que globaliza el acceso libre a los mercados, pero no es solidaria; elimina barreras comerciales, pero impide la circulación de las personas, defiende el libre mercado como un derecho, pero dificulta aún más el acceso a los derechos básicos.” (Declaración de Bruselas, junio de 2002).


Se globaliza la miseria, no el progreso, la dependencia no la soberanía, la competitividad y no la solidaridad (Manifiesto del Grito de los Excluídos - 2002).


Según el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la principal causa es el hecho de que la globalización no ha generado puestos de trabajo en los países de origen.


Este proceso ha creado un trazo estructural en la economía mundial, la desigualdad. Además de concentrar aún más la riqueza, conduce al deterioro de las condiciones de vida y al desplazamiento humano. Basta que consideremos los ajustes estructurales, la reducción de los gastos públicos y la consecuente disminución de los empleos públicos; el elevado crecimiento demográfico, el excedente de mano de obra; la violación de los derechos humanos y la desestabilización social para que tengamos una idea de las reales causas de la migración en el mundo actual.


El modelo de desarrollo impuesto por las políticas neoliberales en este proceso de globalización, además, continúa promoviendo la degradación ambiental, profundizando la exclusión social al interior de los países y las desigualdades entre los mismos.


En el marco del modelo agro exportador, tarea destinada a los países pobres, la expansión de los monocultivos está provocando la destrucción masiva de la naturaleza. La ola de agrocombustibiles para sostener el patrón de consumo de los países industrializados, profundizará las consecuencias devastadoras en el medio ambiente, provocando cambios climáticos y riesgos de catástrofes naturales. Éstas políticas van a traer graves consecuencias para nuestros pueblos y la integración continental basada en la equidad, la inclusión, la diversidad y la soberanía.


¿Integración de los mercados o de los pueblos?



Los movimientos sociales de nuestra región cuestionan profundamente el actual proceso de globalización, principalmente si miramos a las consecuencias que trae para los trabajadores, para las personas, para los migrantes.


La consideración de los proyectos de integración latinoamericanos exige formularse algunas interrogantes vitales:


¿Integración para quién? ¿Para los sectores privilegiados de estas sociedades? ¿Para que los capitales, sean nacionales o transnacionales, puedan moverse libremente en todo el continente?


¿O, por el contrario, para los pueblos, para las mayorías empobrecidas, excluidas, subordinadas, para los migrantes? No basta que sea una integración latinoamericana o sudamericana para que corresponda a los intereses populares. Todo depende del modelo de integración en cuestión.


¿Una integración orientada por los valores del individualismo posesivo, de la competencia de todos contra todos, donde se garantice el éxito de los más fuertes sobre la base de la explotación y exclusión de los más débiles, esto es, una integración que acentúe las inaceptables desigualdades actuales?


¿O una integración guiada por los valores de la igualdad, de la participación, la pluralidad, la solidaridad, la comunidad, una integración que reconozca, valore y haga posible el despliegue de la extraordinaria variedad de modos de vida de los pueblos de nuestro continente?


Características de la integración



Debe entender América Latina como una unidad, respetando las diferencias y culturas, debe articular las diferencias y promover la complementariedad en lugar de la competencia entre los países y establecer una sociedad donde reine el bien común.


Tener la interculturalidad como un motor de desarrollo, respetar el hecho de que las culturas interactúan, incluyen valores y se complementan previendo relaciones igualitarias.


Garantizar el protagonismo de los sujetos sociales dentro de un espacio plural, democrático, sustentable y equitativo, es un proceso y no pude ser impuesta.


Garantizar una integración geopolítica concebida como parte de los procesos de resistencia al orden global que busca imponer la política unilateral e imperial del capital transnacional y del gobierno de los Estados Unidos.


Debe garantizar el derecho a las personas a transitar por la región, poder trabajar y tener todos los derechos garantizados.


Para eso, necesitamos luchar por la superación del sistema capitalista y cambiar su paradigma. Ante esos problemas, que son reflejo de la explotación capitalista, buscamos la integración solidaria de los pueblos.


Luiz Bassegio Secretario del Grito de los Excluidos Continental
-Foro Social Mundial de las Migraciones-

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