sábado, 19 de enero de 2008

No hay presidente en Canarias para tanta gente



Antier se publicaba en este periódico uno de esos artículos que hay que leer dos veces, firmado por José Naranjo con claridad de matemática pura. Viene a decir Naranjo, tras consultar los datos del Instituto Nacional de Estadística y darle a la calculadora, que en 2006 la población regional aumentó en poco más de 30.000 personas, de las que sólo 17.000 son extranjeras, y desde aquí la bienvenida a todas y cada una de ellas como es tradición en este casi fantástico archipiélago.


Porque el casi que no lo hace fantástico del todo se debe al lastre de un presidente que vende la trágica milonga de la multiplicación de los óvulos y los espermatozoides, alarmando al personal con la invasión de 60.000 individuos que cada año se incorporan, dice él, a Canarias. Estas armas de destrucción masiva, que como Bush en Irak al parecer sólo las detecta él, proceden además de otros puntos del planeta, lo que le causa un evidente repelús manifestado en discursos vergonzosamente xenófobos que hacen a las Islas menos dignas de lo que son. Un día sí, y otro también, el neocon Paulino Rivero habla de la necesidad de controlar la población, de primar al isleño y de alicatar las fronteras, en un ideario muy propio del amado líder coreano Kim kong Il. Que dos cosas muy distintas son regular esa inmigración en la medida de lo posible, que "controlar la población", sobre todo si esa peligrosísima marabunta, como canta el INE sólo arroja un incremento que no llena ni las cuevas de Fontanales (un pueblo de la isla)

Este infantil y maquiavélico discurso, que ubica a ATI y a Rivero a la derecha de Zaplana y a la vera de Le Pen, puede tener dos motivos principales. Uno, que por la falta de anteojos donde ve uno que se mueve mucho se le aparecen tres, en un efecto contrario a la legendaria metáfora de que no ve tres montados en un burro, o bien que en su paso de la alcaldía de pueblo a la presidencia de una autonomía se le ha hecho mucho el trajín, de tal manera que el hombre quizá estaría más cómodo convirtiendo a su Tenerife natal en una especie de casco urbano y al resto de las islas en sus barrios periféricos, algo que está logrando con una facilidad pasmosa en Gran Canaria, isla que desde las elecciones se siente gobernada por la ingenua junta directiva de una asociación de vecinos.

19 01 08
Juan José Jiménez

Fuente: La Provincia-Diario de Las Palmas

1 comentario:

A.Quintana dijo...

Recibí por email un comentario de Mariluz que transcribo:

Estos politiquillos que se dice, nos representan, deberían dejar de echar mano de discursos manidos. Los tan recurridos y recurrentes acerca del aumento de población disparatada en las Islas, el aumento de la natalidad o el tan vetusto sobre la pérdida de empleos que van a parar a manos de los inmigrantes. A esos, que sin darles ningún tipo de vergüenza, todavía hoy se atreven a manipular la información para sus intereses se me ocurre proponerles una serie de ideas que ya se están realizando en otros puntos de la geografía nacional. Sin duda, no han comentado con los nacionalistas vascos las políticas de integración traducidas en proyectos como la formación de inmigrantes en lo referente al cuidado de personas mayores para ofertar empleos en este sector o el servicio de compartir vivienda con mayores. Tampoco tendrán conocimiento de todos los pueblos que se han rehabilitado gracias a todas las personas de diferentes nacionalidades que han optado irse a lugares dejados de la mano de Dios y que gracias a su trabajo y su esfuerzo siguen vivos. Lo de las cotizaciones a la seguridad social y las políticas para favorecer la natalidad y evitar tener un país envejecido, claro ni nombrarlo.

Habría que recordarles aquello de la tan defendida globalización para globalizar también aquí en el primer mundo. Como último consejo se me ocurre se apunten a ver el programa Hijos de Babel. Si la televisión ha visto como rentable un programa cuyos protagonistas son personas de diferentes países que viven en España y quieren una oportunidad en el mundo de la canción será porque este medio está más al día que nuestros distinguidos políticos.

Lo triste de todo esto es que lo que debería ser motivo de desarrollo de alternativas a una situación que seguirá existiendo es utilizado para crear situaciones de alarma social.
En fin, que en el teatro de la política el que dice disparate mayor sale en los medios en grandes titulares y como lo de dimitir no está en el vocabulario de los que se dicen hacer politica, seguiremos oyendo semejantes disparates mentales. Para que luego digan de los realitys y culebrones.

Mari Luz.