lunes, 7 de enero de 2008

Los españoles del siglo XXI

DIEGO TALAVERA

Luis Ignacio es el nombre del primer niño valenciano y español del 2008; sus padres son de nacionalidad boliviana. Paolo Enrique ha sido, por su parte, el chaval que más prisa se dio en nacer en la Comunidad de Madrid; sus padres son brasileños. Alejandro Stanislavov se llama el primer niño nacido en Guipúzcoa; el padre y la madre son originarios de Bulgaria. Mientras, la primera niña vizcaína -y vasca- del 2008 es hija de bolivianos y su nombre es Ainara, que no proviene del quechua, sino que le ha sido puesto en homenaje a las tierras del norte que acogieron su alumbramiento.

Álava tampoco se queda atrás: su primer bebé del año (y a la vez el segundo del País Vasco) es también niña y sus padres son de Colombia. En La Rioja los más madrugadores fueron Alejandro (de padres colombianos) y Zarouac (hijo de marroquíes). En Málaga el pionero fue otro varón, registrado como Juan Manuel e hijo de una pareja boliviana. Para compensar, el primer bebé alicantino fue niña y se llamó Nicole, tal y como han querido bautizarla sus padres, llegados de Argentina y -quién sabe- si descendientes de alguno de los miles de emigrantes españoles que poblaron hace menos de un siglo aquel país del sur.

Lo mismo le sucedió a Larisa Nicoleta en la provincia de Cuenca, donde cerró el cómputo anual de bebés poniéndole a éste un broche rumano. Aunque Castilla-La Mancha aportó igualmente su buena cosecha de adelantados del nuevo año, gracias a Yasir (primer toledano de 2008, de padres magrebíes) e Ismael, segundo bebé y primer varón nacido en Ciudad Real, de origen árabe y nombre hebreo. También de padres marroquíes son Amine e Ikrame (los críos más tempraneros de Murcia), junto a los dos que inauguraron el recuento en Ceuta, la primera melillense del año y la niña que arrancó el cómputo femenino en Fuerteventura.


Esta es, felizmente, la España del siglo XXI, una nación multicolor y multilingüística. Cuánto ha cambiado nuestro país en los últimos años y cómo se desmoronan los tópicos acerca de nuestra identidad cultural concebida como un cuerpo cerrado. El mejor antídoto contra todos los nacionalismos -o soberanismos- simplones y majaderos es la llegada de esta savia nueva y diversa. Es la más bella noticia del año que comienza.



Fuente: La Provincia- Diario de Las Palmas
07 01 08

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