viernes, 6 de marzo de 2009

¿Integración social sin la familia?



‘No se puede pedir la integración mientras se separa a las familias’.
Javier de Lucas, presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado.

PERIÓDICO LATINO 02.03.09

Andrés Restrepo Otálvaro.- La inmigración ha protagonizado los titulares de actualidad con noticias tan contradictorias como el maltrato en los CIE, las denuncias de redadas masivas y la ampliación del voto a los extranjeros.

Para analizar y entender el nuevo contexto de la inmigración en España, hemos entrevistado a Javier de Lucas, presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y experto en leyes de Extranjería.

¿Qué opina del escándalo de los cupos de detenciones de inmigrantes?

Surge de nuevo la asociación de inmigración con delincuencia y se toma al inmigrante como chivo expiatorio de la crisis económica. Todo esto por no hablar del estado de terror en el que se sume a un sector importante de la población.

¿Qué derechos humanos se vulneran con las redadas indiscriminadas que realiza la policía?


El derecho a la seguridad, a la libertad de movimiento, a la intimidad, a la propia imagen y a la presunción de inocencia. Lo más grave es el tratamiento penal que se le está dando a una sanción administrativa. Es tan absurdo como si la policía recibiera instrucciones de detener a quinientos españoles que no hubieran pagado una multa de tráfico.

Redadas, abusos en los CIE y voto inmigrante. ¿Es esta una buena manera de resumir la nueva política de inmigración del Gobierno?

Una parte del Gobierno, especialmente el ministro de Trabajo e Inmigración Celestino Corbacho, está prefiriendo el mensaje simplista de utilizar la inmigración como excusa para la situación de crisis. La idea que deja es que se está reaccionando duramente contra la inmigración para proteger a los miles de trabajadores que están perdiendo sus trabajos. Al mismo tiempo y para parecer todavía que son un Gobierno de izquierdas, amplía el derecho al voto para los inmigrantes.

¿Cuáles son los puntos más negativos del proyecto de Ley de Extranjería que propone el Gobierno?

La restricción en la reagrupación de los ascendientes. Ahora, se le exigirá al reagrupante ser residente permanente (5 años con residencia legal en España) y sus padres tendrán que ser mayores de 65 años. De otro lado, es una Ley que sigue un espíritu instrumentalista del inmigrante, pues lo considera únicamente como mano de obra. Por último, es nefasta la ampliación del tiempo de internamiento de 40 a 60 días.
Hay que insistir en que el reagrupamiento familiar es un derecho fundamental. No se puede hablar de políticas de integración cuando se están separando familias.

¿El proyecto de Ley tiene algún aspecto positivo?

Es beneficioso que los reagrupados puedan acceder automáticamente al permiso de trabajo. Además, la Ley reconoce algunos derechos importantes, aunque esto no es mérito del Gobierno, sino una obligación que le imponen las sentencias del Tribunal Constitucional.

Después del apoyo de los sindicatos (CCOO y UGT) al proyecto de Ley de Extranjería, ¿qué apoyos institucionales le quedan al inmigrante?

Los sindicatos –aunque no todos– están aceptando la preferencia del trabajador nacional, lo que es un punto de vista detestable. Los inmigrantes sólo pueden seguir confiando en las asociaciones de inmigrantes y en las ONG que trabajan en el ámbito de la inmigración

¿Qué responsabilidad tienen los medios de comunicación con la inmigración?

Son cruciales para España. Si ceden a la tentación fácil de presentar a los migrantes como problema, criminalizándolos, están sembrando un mensaje de xenofobia muy lesivo desde el punto de vista de la convivencia y la cohesión de la sociedad.

En el contexto actual de crisis económica, ¿cómo vislumbra el futuro de la inmigración en España y Europa?

Hay que dejar de pensar que el coste de la crisis lo deben pagar los inmigrantes. Es una política errónea porque no se defiende a los inmigrantes, se vulnera la cohesión social y se alarga la recuperación de la economía. Son tiempos difíciles para todos, así que nacionales e inmigrantes tienen que tirar para el mismo lado y contribuir a salir de esta crisis.

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