Ante el drama de miles de personas que perecen en las aguas del Mediterráneo
CASTEL GANDOLFO, domingo, 31 agosto 2008 (ZENIT.org).-
El aumento de las dramáticas muertes de emigrantes en el camino hacia un futuro mejor en un país extranjero llevó este domingo a Benedicto XVI a recordar las responsabilidades de los implicados y a pedir la colaboración de todos los países --tanto los de origen como los de acogida--.
En el tradicional encuentro con motivo del Ángelus el Papa constató con pesar que "en estas últimas semanas se ha registrado un aumento de casos de inmigración irregular de África".
"En ocasiones, la travesía del Mediterráneo hacia el continente europeo, visto como una meta de esperanza para huir de situaciones adversas y con frecuencia insoportables, se transforma en tragedia; la que tuvo lugar hace unos días parece haber superado a las precedentes por el elevado número de víctimas", constató.
Según el Santo Padre, "la inmigración es un fenómeno presente desde los albores de la historia de la humanidad, que desde siempre ha caracterizado las relaciones entre los pueblos y naciones".
"Ahora bien --aclaró--, el hecho de que en nuestros días se haya convertido en una emergencia nos interpela y, exigiendo nuestra solidaridad, impone al mismo tiempo respuestas políticas eficaces".
El Papa alentó la labor de las instituciones regionales, nacionales e internacionales que se ocupan de la cuestión de la inmigración irregular y les exhortó a seguir "realizando su meritoria labor con sentido de responsabilidad y espíritu humanitario".
"Sentido de responsabilidad también tienen que mostrar los países de origen, no sólo porque se trata de sus conciudadanos, sino también para eliminar las causas de la inmigración irregular, así como para eliminar, en su raíz, todas las formas de criminalidad ligadas", recalcó.
Por su parte, consideró, "los países europeos y los que son meta de inmigración están llamados entre otras cosas a desarrollar en común acuerdo iniciativas y estructuras cada vez más adecuadas a las necesidades de los inmigrantes irregulares".
"Estos últimos --siguió subrayando--, además, deben ser sensibilizados en el valor de la propia vida, que representa un bien único, siempre precioso, que se debe tutelar ante los graves riesgos a los que se exponen al buscar mejorar sus condiciones de vida, y en el deber de legalidad que es una obligación para todos".
El Papa concluyó llamando la "atención de todos sobre este problema y de pedir la generosa colaboración de personas e instituciones para afrontarlo y encontrar caminos de solución".
"Para que quienes, a causa de las guerras o de los regímenes totalitarios, se ven obligados a abandonar la propia casa y la propia patria sean apoyados por los cristianos en la defensa y tutela de sus derechos", dice el enunciado.
1 comentario:
Saludos, cuánto dolor, sufrimiento en el ser humano indefenso por miles de razones. Cuánta ironía en el hombre. Por estos lares se vive este horroroso drama. Aún con la información de la crueldad de este riesgo, no paran. Hipocrecía de los poderosos, si...Sabemos porque!
Lourdeslou
Puerto Rico
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