sábado, 25 de julio de 2009

Hace diez años el primer naufragio de una patera en Canaarias



COMUNICADO DE PRENSA CON MOTIVO DEL DECIMO ANIVERSARIO DEL PRIMER NAUFRAGIO CON MUERTES ACONTECIDO EN CANARIAS EL 24 DE JULIO DE 1999

“Cuando alimenté a los pobres me llamaron santo; pero cuando pregunté por qué hay gente pobre me llamaron comunista”. Helder Cámara (Sacerdote brasileño. Fue reconocido internacionalmente por su compromiso con los empobrecidos, su prédica por la liberación de los pueblos y su trabajo en favor de la paz.).

Siguiendo como línea argumental este pensamiento del sacerdote Cámara, nos planteamos como tratar tal doloroso acontecimiento. La tentación de cerrar los puños y acabar en el hastío de la cómoda denuncia no nos ha seducido y frente a este primer conato de afrontar con dignidad y justicia la memoria de esta innecesaria pérdida de vidas, elegimos el análisis que nos permita indagar las causas reales, no las aparentes, de tales acontecimientos.


Sin pudor escuchamos explicaciones tales como, no sabían nadar (a quien se le ocurre no saber nadar), estaban cansados y no podían nadar, las rocas rompieron el casco, se asustaron y al moverse en grupo volcaron la patera. Y nadie se sonrojó. Estos sesudos analistas pasearon su hipocresía por tertulias, artículos, entrevistas y demás jungla del negocio de la pobreza creando opinión pública a cerca de lo irresponsables que eran y la falta de información que tenían los muertos al pensar que aquí iban a encontrar El Dorado.


Pero, y si en vez de mirar al árbol miráramos al bosque, qué veríamos. Y si en vez de “venir a Canarias” el verbo fuera “huyen de…”. Pero de que podrían huir. A muchas de las personas que huyen de su país no se les concede asilo ya que no hay una guerra, o no les persiguen por motivos religiosos o de género, por sus ideas, por su raza, nacionalidad o pertenencia a grupo social determinado. Y sin embargo huyen aunque ni ellos mismos sepan argumentar su naufragio.


Las bombas silenciosas, estallan también a nuestro lado continuamente, pero como no las oímos detonar y solo vemos el reguero de cadáveres que van dejando en la cuneta, no somos capaces de encontrar la relación causa-efecto, e imputamos a la mala cabeza de nuestros muertos su estado vital. Hoy la crisis económica nos debería hacer reflexionar profundamente para no seguir reproduciendo esas bombas (silenciosas) antipersona y anticomunidad que son las injustas relaciones de producción que determinan una injusta distribución de la riqueza, imponiendo una exclusión hasta el límite. Esta crisis, que vivimos en la actualidad en el Norte, la hemos conocido porque el neoliberalismo nos la ha presentado recientemente pero es antigua ´compañera´ de los países empobrecidos y de sus ciudadanos, en ellos el poder destructivo de estas armas equivale a miles de Hiroshimas y Nagasakis juntas.

Las fantasías del pasado son las realidades del presente, y la memoria es el puente que nos permite pasar de uno a otro lado. Pero esta memoria ha de estar afincada en la verdad, en el conocimiento certero de los fundamentos sobre los que se mueve la historia para poder inferir en ella científicamente, para hacer posible la justicia a los desaparecidos y promover la reparación integral, para que entre otras correcciones las víctimas no sean confundidas con culpables ni el dinero sea una mordaza de la dignidad.
CEAR CANARIAS y otras organizaciones sociales, con adhesión de personas a título individual

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