En Burundi, las mujeres, sólo por el hecho de ser mujeres, están desprotegidas. Tanto en la guerra como la paz, las mujeres sufren de forma generalizada diferentes formas de violencia sexual, entre ellas, la violación.Mujeres y niñas han sido y son violadas por parte de militares, funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, personas de la comunidad e incluso por familiares. La impunidad de la que disfrutan las fuerzas gubernamentales y grupos armados desalienta a las mujeres y niñas a la hora de denunciar ante las autoridades.
El caso de N.E., una niña de 6 años, de Cibitoke, en Bujumbura ilustra esta impunidad. N.E. fue violada por un joven de 18 años. Su madre denunció el asunto a la policía; sin embargo, su esposo echó la culpa de la violación a niña. El presunto violador fue detenido pero como la madre de éste no podía llevarle comida a la cárcel, la policía lo dejó en libertad.
Tú puedes ayudar a N.E. y a miles de niñas y mujeres en la misma situación, pidiendo a las autoridades de Burundi que garanticen el acceso a la justicia de las víctimas de violencia sexual.
Para ellas tu firma es importante. Dedícalas un poco de tu tiempo firmando esta petición al Presidente de Burundi. Y si quieres trabajar todos los días defendiendo los derechos humanos de personas como tú, únete ahora a Amnistía Internacional.
Esteban BeltránDirector - Amnistía Internacional
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