Día de las Poblaciones Indígenas (9 de Agosto)
Rafael Morales
La ONU estableció en 1994 que el 9 de agosto sería el Día de las Poblaciones Indígenas. En América Latina, el 10% de la población pertenece a alguna etnia originaria y ocupa con frecuencia el primer lugar en los datos de pobreza, mala salud, escaso desarrollo económico y social, destrucción de su medio ambiente, ocupación de sus tierras, ausencia de derechos, desprecio por su cultura y marginación. Esta situación viene de lejos, pero también es cierto que en los últimos años los indígenas latinoamericanos tienden a convertirse en actores políticos de primer orden.
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas ONU, Louise Arbour, solicitó el pasado martes a la Asamblea General de la ONU que adopte la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. A ver si es verdad, porque representaría un paso adelante con respecto al pasado. No es lo mismo una política de protección y de buena voluntad de diferentes gobiernos o de algunas ONGs., que el establecimiento de normas que obligan a su defensa al conjunto de las instituciones públicas o privadas. Por ejemplo, de reconocerse el derecho a sus tierras ancestrales, nadie podrá en rigor enajenarlas ni entregarlas a la voracidad de las trasnacionales basándose en simples decisiones políticas.
La intervención de las comunidades indígenas de América para resolver sus propios asuntos representa un cambio que incluso tiene preocupado al Departamento de Estado y a sus aliados en la región. Uno de sus estudios, conocido a principios del año 2000, caracterizaba este despertar como un peligro para los intereses de Estados Unidos. Porque esa participación política, con frecuencia independiente, se encaminaba y dirige hoy a desterrar el neoliberalismo de sus vidas y de sus países. Los ecuatorianos acabaron con varios presidentes que se limitaban a obedecer las órdenes del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial. El ascenso a la presidencia de Rafael Correa resultaría incomprensible sin el apoyo de las organizaciones indígenas y lo mismo vale para el proceso constituyente actual destinado a refundar Ecuador.
La desigualdad forma parte de este proceso general desde los mapuches del sur a los quiché de México y Guatemala. La premio Nóbel de la Paz, Rigoberta Menchú, presentó su candidatura a la presidencia de Guatemala para las próximas elecciones, un valiente desafío a una de las oligarquías más racistas y corruptas centroamericanas. Casi 10.000 indígenas venezolanos acaban de recibir títulos de aproximadamente un millón de hectáreas de territorio ancestral, situado en los estados Anzoátegui, Apure, Monagas, Sucre y Delta Amacuro. Esta reparación histórica ya es una realidad además de una esperanza. También en Venezuela se está celebrando el Primer Congreso Internacional de Pueblos Indígenas Antiimperialistas de América, con la participación de más de 300 representantes del continente. Tema central, la lucha común contra la expropiación de su hábitat y tierras.
Hay miles de manifestaciones sobre este proceso a lo largo y ancho de América. Pero Bolivia representa la expresión que más molesta tanto a los criollos como a sus amigos gringos y europeos. Allí sigue un presidente aymara llamado Evo Morales, cada día con más apoyo popular, a quien desprecian por su origen pero sobre todo por su política. Cada ofensiva de la derecha boliviana sirve para que sus amigos de otros lares especulen. A este Evo le quedan dos días. Que si la Asamblea Constituyente se retrasa en sus trabajos, que si los planes de La Paz están estancados. Eso dijeron la semana pasada periódicos españoles, justo cuando el presidente anunciaba la revolución agraria que hasta ahora repartió más de 5 millones de hectáreas y promete llegar a los 20 millones. En hora buena.
rafaelmorales@canariasahora.com
Fuente: http://www.canariasahora.es/opinion/1181/
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